¿Somos realmente libres?
Con el paso del tiempo me he percatado que las ideas y las conductas que me rigen diariamente en realidad no son producto de mi, de mi experiencia y raciocinio, sino que en realidad son producto de una realidad social objetiva. Es decir, mis concepciones de moralidad, de mi rol en este mundo y muchas otras cosas no surgen de mi, sino que son meras transmisiones que he recibido de mis antecesores. Si bien estas concepciones fueron creadas con la necesidad de controlar la conducta de los individuos, han llegado al punto de interiorizarse de una manera tal, que el propio individuo ya no se percata de qué concepciones son realmente suyas y que otras son una mera repetición de lo ya establecido. En mi caso resultó aterrador darme cuenta de que lo que yo consideraba como mi identidad particular, en realidad hace parte de una realidad objetiva que me constituye a mi y al resto de la sociedad.
Resulta más curioso analizar esta noción de libertad en este contexto capitalista y consumista. Por ejemplo, al momento de comprar y adquirir un bien ¿Lo hago pensando en satisfacer mis necesidades? O ¿Lo compro porque de no hacerlo estaría yendo en contra con mi rol de consumista y que por lo tanto valgo menos al no estar "a la moda" y preferir quedarme con lo que ya tengo? Fui testigo de este dilema con la evolución de los celulares. Cuando tenia aproximadamente 13 años me regalaron mi primer celular con el fin de poder comunicarme con mis papás fácilmente. Evidentemente el celular que me regalaron no era táctil y duraba mucho más que un celular de ahora. Sin embargo mis amigos empezaron a tener celulares táctiles que tenían muchas más funciones que el mío, lo que me llevo a pedirle a mis papás un celular nuevo. En ese momento dicha decisión parecía ser tomada desde mi libertad, ya que nadie me había dicho que me comprara un celular así, la idea surgió de mi. Igualmente consideraba que las nuevas funciones que traía ese celular, que nunca antes necesité, ahora parecían necesarias al ser herramientas que me facilitaban mi vida. Aunque logré cambiar mi celular en ese entonces, no sabia lo que pasaría después, que otra vez este circulo vicioso de "mi celular actual ya no sirve, necesito uno nuevo" se repetiría una y otra vez con forme producían celulares con más tecnología que el anterior.

Actualmente que me he puesto a reflexionar más sobre qué ideas son propiamente mías y que otras me las han impuesto. Me he percatado de que esta dominación capitalista se da de una manera tan sutil que a nuestro parecer ahora somos más libres que nunca. Si bien ya no hay esclavitud (propiamente dicha) y se ha instaurado la democracia como sistema político dominante al rededor del mundo, todavía seguimos sin ser libres y peor aún, nos han hecho creer que lo somos. No obstante el panorama para recuperar nuestra libertad parece desalentador, puesto que cambiar nuestras ideas y hábitos de consumo resulta aterrador. Puesto que el hombre es un ser social por naturaleza, es prácticamente imposible aislarse por entero de estas realidades sociales opresoras e ir en contra del estilo de vida que ha predominado en nuestras vidas y en la de todos a nuestro al rededor. Así mismo el intento por hacer esto implicaría muchos cambios en nosotros, tanto personales (nuestro rol en el mundo) como en la manera en que nos relacionamos con los demás y con el entorno.
Sin embargo con forme vamos tomando consciencia de como el sistema económico nos va eliminando nuestra identidad particular (con el fin de que todos pensemos y actuemos igual) podemos tomar decisiones que vayan en contra a lo establecido y que por lo tanto, nos devuelvan un poco nuestra autonomía. Un ejemplo de estas decisiones puede ser limitar nuestras compras y hábitos de consumo con el fin de comprar cuando es estrictamente necesario o porque queremos apoyar a los pequeños empresarios. Con tales decisiones es que vamos transitando hacia una autonomía de pensamiento, donde nosotros mismos pensamos y actuamos de acuerdo a nuestra autenticidad, en vez de simplemente permanecer bajo la sombra de la colectividad.
Referencias:
Fromm, E., & Germani, G. (1977). El miedo a la libertad. Buenos Aires: Paidós.
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