Diferencia ≠anormalidad

¿Quién define como debo pensar/actuar y como no? ¿Bajo que criterios se acepta esto como universal? ¿Qué derecho tengo para  juzgar, criticar y segregar a las personas que socialmente se consideran como "anormales"?

Me planteo todas estas preguntas porque considero que hemos olvidado que nuestras reglas y modos de comportarnos en sociedad son puras construcciones sociales y que, por lo tanto, no son esenciales ni inmutables. Sin embargo las diferentes instituciones por medio de sus discursos y acciones, han legitimado ampliamente la clara distinción entre lo "normal" y lo "anormal", lo "bueno y lo "malo". Aunque en parte esta distinción ha permitido identificar y conocer en mayor detalle a ciertas personas que por alguna razón no cumplen con lo esperado, esto no significa que merezcan ser juzgas y tratadas injustamente por el simple hecho de no pensar y actuar como se debería.  

 Este es el caso de la psiquiatría o de la psicología clínica que en su afán de diagnosticar y de tratar como patología los problemas de sus pacientes, estas olvidan el carácter social de dichos problemas, de forma que los psicologizan y los rotulan con un lenguaje institucional legitimado. Desafortunadamente existen varios casos donde estos diagnósticos han sido erróneos y en vez de "ayudar" o "curar" al paciente, en realidad estos han devaluado y han afectado aún más a esta persona. En este sentido, resulta necesario reconocer que el ser humano es un ser complejo, y que las conductas que este presenta no pueden ser explicadas meramente desde un test o un manual diagnostico. Puesto que estas herramientas diagnosticas también son construcciones sociales que legitiman la dicotomía "sano- enfermo" o "normal-anormal" es necesario ser cuidadoso y no acomodar la prueba o los parámetros de un manual con la vida real de una persona, que esta llena de complejidades que se ocultan bajo estos criterios reduccionistas.



Cabe destacar que la dicotomía "normal-anormal" fue estudiada por Foucault en su texto titulado "Historia de la locura en la época clásica". En este texto se analiza como la noción de "locura" ha sufrido muchísimos cambios a lo largo de la historia de la humanidad, donde el significado que se le ha atribuido depende de una cultura y una época histórica en particular. Lo anterior resulta problemático ya que la historia es cambiante y los significados existentes se deben ajustar a dichos cambios. Por lo tanto, las nociones de locura y anormalidad en realidad no son objetivas, ni universales y deben ser legitimadas desde diferentes discursos según el contexto actual de la época. 

De manera que resulta ilógico que juzguemos y vulneremos a las personas diferentes, porque en este momento en especifico de nuestra historia son consideradas como enfermos y/o anormales. Ignoramos que posiblemente, en algún futuro no tan lejano, estos discursos y significados que hemos adoptado cambien, revelando que aquella persona que habíamos considerado como inferior, en realidad posee las mismas capacidades que nosotros y podría denominarse como "normal".

Por lo tanto considero que tanto los profesionales de la salud mental como el resto de la sociedad, debemos superar este complejo de estar patologizando, etiquetando y excluyendo a las personas que no se ajustan con nuestra construcción social ya legitimada. Debemos recordar que estas construcciones sociales no son esenciales y que no determinan la vida de nadie. Porque, desafortunadamente, han habido personas que se han quedado bajo la sombra de un diagnostico y que han visto su vida limitada bajo este marco, donde no hay posibilidades de ir más allá e impedir que dicha condición los determine. Si bien esto representa un marcador de diferencia, aún así no significa que pueda definir la vida de una persona. Todos somos mucho más complejos que cualquier etiqueta y por lo tanto no deberíamos dejar que esta nos reduzca y condicione nuestro modo de vida. Más bien decidamos quienes queremos ser y trabajemos en ello, rechazando diagnósticos fatalistas que nos corten las alas mucho antes de haber intentado volar. 


Referencias:
Berger, P. L., Luckmann, T., & Zuleta, S. (1968). La construcción social de la realidad (Vol. 975). Buenos Aires: Amorrortu.
Foucault, M. (1998). Historia de la locura en la época clásica. Vol 1.



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