Psicología Social Comunitaria Y Psicología De La Liberación: Motores De Cambio
Esta vez escogí este comic para reflexionar acerca de las etiquetas y juicios generados ante una supuesta "enfermedad mental". Tanto el psiquiatra como el psicólogo clínico, pueden caer en el error de medicalizar problemas que son propios de lo social y que no pueden ser tratados con medicamentos. En estos casos el consultante se convierte en paciente y se le diferencia de lo "normal" y "esperado" socialmente, para ser puesto bajo tratamiento. No obstante el movimiento de la antipsiquiatría, partiendo desde una mirada critica, ha rechazado tales principios y ha propuesto una aproximación más humana y amigable con el carácter social del ser humano. Así mismo, las perspectivas de la psicología social en latinoamerica (psicología social comunitaria y psicología de la liberación) han luchado para devolverle la voz a la comunidad, darles participación e importancia a su contexto, para poder resolver los problemas y necesidades existentes. Dichas perspectivas psicológicas también parten de una mirada critica, para distanciarse del quehacer científico y acercarse a las practicas cotidianas de la comunidad. Esto con el fin de cambiar las relaciones de poder psicólogo - comunidad y asumir las perspectivas del pueblo. Lo anterior resulta indispensable en el proceso de acompañamiento, puesto que permitirá la creación de estrategias que se adapten a las necesidades de la comunidad y promuevan una transformación social.
Sin embargo al adoptar cualquiera de estas perspectivas, se tiene que conocer de antemano que existe un punto ciego, y que por muy exhaustiva que sea la investigación sobre la comunidad, siempre habrá un limite donde las dinámicas y relaciones constituyentes no son percibidas por el psicólogo social. Por lo tanto, se debe asumir un carácter reflexivo que permita pensar críticamente sobre los conocimientos y practicas producidas. De manera que es el quehacer psicologico el que debe adaptarse a la comunidad y no al revés. Es por ello que considero que el rol del psicólogo social, influenciado por dichas perspectivas, es de orientador y facilitador, en vez de diagnosticador e interventor. Porque para generar verdaderas transformaciones sociales, el psicólogo debe desideologizar aquello constitutivo de la comunidad, para que esta adopte un pensamiento critico y surjan nuevas ideologías que movilicen a un cambio social. De forma que la psicología comunitaria y la psicología de la liberación, se consideran eficientes si generan desideologización y participación ciudadana, por que de lo contrario se estaría haciendo buenos acompañamientos que son dependientes de la labor del psicólogo, y corre el riesgo de ser dejados de lado y olvidados si él se va de dicha comunidad. Es por ello que no basta con escoger un marco teórico que oriente nuestro quehacer, sino que siempre es necesario adoptar posturas reflexivas y participativas que le devuelvan el poder a las comunidades, para que estas mismas sean agentes de cambio.
Referencias
Martín-Baró, I. (1990). La desideologización como aporte de la psicología social al desarrollo de la democracia en Latinoamérica. Iztapalapa. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, 10(20), 101-108.
Montero, M. (2004). Relaciones entre psicología social comunitaria, psicología crítica y psicología de la liberación: una respuesta latinoamericana. Psykhe (Santiago), 13(2), 17-28.
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